Video Transcription
Ese club era tan patético.
Sí, extraordinariamente.
No puedo creer que los tipos de allí fueran unos malditos idiotas.
Maldición, Dios.
No sé, supongo que sólo tenemos que, ya sabes, cuidar de nosotros mismos.
Ese club era tan patético.
Sí, extraordinariamente.
No puedo creer que los tipos de allí fueran unos malditos idiotas.
Maldición, Dios.
No sé, supongo que sólo tenemos que, ya sabes, cuidar de nosotros mismos.